Vengan a mí, palabras, y más palabras, para descubrir la esencia del verbo.
No detengan a mi pluma furiosa que quiere danzar con el predicado sobre el agua,
hasta degollar al sujeto hostil en mil vanidades efímeras,
que ahoga al siervo de las letras en realidades perdidas,
prendadas al cielo con clavos de colores,
sin escuchar el auxilio del frívolo complemento en un tibio cementerio.
No detengan a mi pluma furiosa que quiere danzar con el predicado sobre el agua,
hasta degollar al sujeto hostil en mil vanidades efímeras,
que ahoga al siervo de las letras en realidades perdidas,
prendadas al cielo con clavos de colores,
sin escuchar el auxilio del frívolo complemento en un tibio cementerio.
Universo lleno de lenguaje Fuente: MV- Puerto López |
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